En Pegaso Patagonia recibimos muchos atletas buscando una pisada de calidad que los aleje de las lesiones, ya que alguna vez, han sufrido molestias por no valorar la importancia de la técnica de carrera.
Para evitar que su causa sea el desconocimiento, resumimos ahora los aspectos que hay que tomar en cuenta en el caso de ser un corredor habitual.
Cada persona pisa de una manera diferente. Un buen análisis de la pisada no solo pondrá el foco en el pie apoyado sobre el suelo, sino también en el gesto que se produce con el desplazamiento para ver cómo apoya el pie, como evoluciona el gesto, cómo despega… todas las variables son esenciales para descartar problemas y detectar soluciones.
La pisada es un impacto, controlado, pero un impacto al fin. Una carrera de veinte minutos puede significar 3000 impactos sobre todo el sistema motriz del corredor. Si la pisada es patológica, en un entrenamiento le hemos podido ocasionar 6000 impactos al sistema. Al cabo de unos meses no será de extrañar que aparezcan dolores o incluso lesiones.
Para entender un poco mejor, hemos de pensar en un edificio cuyos pilares estén mal alineados. Pronto aparecerían grietas por todas partes. Nuestro cuerpo es similar. Si la pisada no está en equilibrio, es decir, guardando la alineación vertical entre tobillos, rodillas y cadera, las tensiones crecerán multiplicando los momentos de fuerza. Por ejemplo, un individuo que pesa 80 kgs, con una pisada desviada hará que su rodilla aguante una fuerza equivalente a más de 200 kg en un ángulo anormal. Con el tiempo y como mínimo, causará gran dolor lo que se trasladará a sentir en el fémur, la tibia, la cadera, la columna, el tobillo… ya que aunque la lesión se manifieste en cada atleta de un modo particular en una zona concreta, todo el sistema está conectado.
Para evitar que su causa sea el desconocimiento, resumimos ahora los aspectos que hay que tomar en cuenta en el caso de ser un corredor habitual.
Primera idea a tener en cuenta: correr con una mala pisada provoca lesiones.
Tengamos en cuenta que correr implica la participación de todo el cuerpo. Solo en el pie, vamos a encontrar 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos. Son muchos elementos y por tanto muchas posibilidades de lesión. Más arriba, la tibia, rodilla, fémur, cadera, columna… estamos frente a un sistema sumamente complejo y encontrar el equilibrio es fundamental.
Cada persona pisa de una manera diferente. Un buen análisis de la pisada no solo pondrá el foco en el pie apoyado sobre el suelo, sino también en el gesto que se produce con el desplazamiento para ver cómo apoya el pie, como evoluciona el gesto, cómo despega… todas las variables son esenciales para descartar problemas y detectar soluciones.
¿Cómo detectar las lesiones?...
La pisada es un impacto, controlado, pero un impacto al fin. Una carrera de veinte minutos puede significar 3000 impactos sobre todo el sistema motriz del corredor. Si la pisada es patológica, en un entrenamiento le hemos podido ocasionar 6000 impactos al sistema. Al cabo de unos meses no será de extrañar que aparezcan dolores o incluso lesiones.
Para entender un poco mejor, hemos de pensar en un edificio cuyos pilares estén mal alineados. Pronto aparecerían grietas por todas partes. Nuestro cuerpo es similar. Si la pisada no está en equilibrio, es decir, guardando la alineación vertical entre tobillos, rodillas y cadera, las tensiones crecerán multiplicando los momentos de fuerza. Por ejemplo, un individuo que pesa 80 kgs, con una pisada desviada hará que su rodilla aguante una fuerza equivalente a más de 200 kg en un ángulo anormal. Con el tiempo y como mínimo, causará gran dolor lo que se trasladará a sentir en el fémur, la tibia, la cadera, la columna, el tobillo… ya que aunque la lesión se manifieste en cada atleta de un modo particular en una zona concreta, todo el sistema está conectado.
¿Cómo podemos solucionarlo?...
Según la pisada, la persona al caminar o correr puede presionar más la zona interna de su pie, se dice en este caso que es pronador, apoyar más la zona externa, supinador, o tener un apoyo normal del pie, neutro.
Puede hacer demasiado impacto con el talón durante el trote, o correr cargando demasiado las puntas del pié dañando los metatarsianos… Esto genera una desviación sobre el patrón normal de pisada y como hemos visto, lesionarnos.
El primer paso que te recomendamos, es tomar conciencia de la importancia de estudiar tu pisada.
En segundo lugar, acudir a un centro que cuente con la tecnología necesaria para hacer un análisis de la misma ó locales y tiendas de calzado que sepan asesorarte sobre dicho tema para dar con tu modelo de zapatilla a medida.
Llegados a este punto, estamos en condiciones de corregir la pisada. La ortopedia desarrollará una plantilla ó suplemento cuya misión será obstaculizar el gesto lesivo y obligar al pie a pisar de manera normal.
Todas las personas deberían realizar un estudio de su pisada para erradicar muchos de los problemas mecánicos y de apoyo que tiene la persona o que puede desarrollar en un futuro. Especialmente importante es hacerlo en el caso de deportistas y adolescentes (ya que antes el pie no está completamente formado) donde las condiciones especiales de esfuerzo de aquellos y de moldeabilidad de estos deben animarnos a ahorrarnos dolores y molestias en el futuro.
La mejor carrera es la que ganamos en la salud y la mejora de la calidad de vida.
En Pegaso Patagonia somos representantes en el país de Asics y New Balance con productos y calzado de primer nivel para cuidar al corredor y deportista desde sus comienzos hasta para acompañar la mejor performance del atleta de Elite.
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